—¿Llegaron los reyes? —pregunta Santi a las siete de la mañana.
Esa mañana llena de calor sofocante y ansiedad infantil, madruga como todos los seis de enero.
Después correr al living y ver qué dejaron los reyes magos bajo el viejo árbol de navidad torcido. Desde el pesebre saludan sobre el arrugado papel piedra, junto a las tarjetas de navidad.
Nada más lindo que la cara de un niño ante la magia de los reyes.
El madrugón, la ansiedad, la ilusión y los ojos llenos de sorpresa.
Linda imagen que nos traen de regalo los reyes para todos los que ya no tenemos esa ilusión y la disfrutamos cada seis de enero.